7 maneras de aumentar tu autoestima
Es una pena que todos vayamos un poco cortos de autoestima. El mundo en que vivimos es muy exigente, y siempre en algún momento, “sentimos” que no damos la talla. Cuando es leve y/o esporádico, este sentimiento de inadecuación es motivador y estimulante: ayuda a mejorar. El problema es cuando es muy frecuente e intenso.
“Querernos”, es algo que de manera tácita nos enseñan a hacerlo nuestros padres –a veces sin ser ellos mismos del todo conscientes-. Erich Fromm decía que para un hijo, el padre es símbolo de autoridad, símbolo que una vez internalizado, nos ayuda a discernir lo que hemos hecho bien de lo que no. Pero la madre representa el amor incondicional, que de mayores nos lleva a “querernos” hagamos lo que hagamos. De adultos necesitamos de ambos roles en nuestro interior, para progresar sin “odiarnos” por nuestros fallos. Pero el aprendizaje en el uso de estos roles es sutil, en una primera etapa depende poco de nosotros, y está muy vinculado al amor y a la unión que vivieron nuestros padres en la edad crítica de nuestro crecimiento (edad que hoy la ciencia sitúa entre el momento de nuestra concepción y los seis años de edad).
Una baja autoestima genera temor y ansiedad. El temor de no estar a la altura (… del listón que nos impone continuamente nuestro “padre” interior…), y la ansiedad de querer lograrlo (… y obtener así su aprobación, amor y cariño…). Y estas sensaciones cuando son muy frecuentes son tóxicas… y rebajan todavía más nuestra autoestima. Una alta autoestima en cambio, proporciona paz y seguridad, atributos que parecen muy necesarios para vivir una vida productiva y feliz.
¿Hay, pues, algo que podamos hacer para mejorar nuestra autoestima? He aquí algunas propuestas concretas:
- Deja de compararte con los demás. Se supone que “lo que hace otro lo puedo hacer yo”… una gran mentira que te hará sufrir. Cada uno es lo que es, y puede hacer lo que puede hacer. Hay un núcleo de nosotros mismos que no lo cambiaremos o que es muy difícil hacerlo: es nuestro yo genético, y el aprendido a temprana edad. Pero si que podemos progresar en conocimientos y habilidades. Y en este ámbito, compararse con uno mismo ayuda a progresar, porque produce satisfacción constatar que “me he superado a mí mismo”…
- Centra tus pensamientos en lo positivo de tu persona y de la vida. Nadie es un cero en todo. No todo es negro en la vida. Enfoca tu atención en aquello que aprecias de ti y de la vida, y recuérdatelo a menudo. Cuando alguien te haga un cumplido no te devalúes: aprende a aceptarlo con un elegante “gracias”. Haz un trabajo más o menos sistemático de identificación de tus puntos fuertes, y celebra cada pequeño hallazgo.
- Encuentra tu pasión. Ken Robinson dice que donde mejor estamos es en nuestro “elemento”. Para él nuestro elemento es ese lugar en que nos gusta estar porque se corresponde a nuestras más genuinas inclinaciones, y porque nos permite utilizar nuestros talentos; y estos dos ingredientes son los que alimentan nuestra pasión por hacer algo. Por supuesto el corolario es que cada uno deberíamos trabajar muy activamente para encontrar nuestra pasión, ese lugar en el que cuando estás, te olvidas del mundo y de cualquier otra cosa. Ese lugar en el que cuando te encuentras, el trabajo deja de ser un trabajo. Ese lugar al que cuando accedes, consigues lo que buscas casi sin esfuerzo… porque esta búsqueda responde a tus verdaderas aspiraciones… y moviliza tus mejores talentos…
- “Crea” razones para apreciarte “todavía más”… Ponte retos, supera obstáculos, tanto en tu ámbito personal como profesional… y procura disfrutar del camino tanto o más que del logro final… y así experimentarás el “flujo”, o ese equilibrio feliz entre la dificultad del reto y las propias capacidades para afrontarlo… No caigas en el fácil victimismo del “soy un desastre…”: es paralizante. Haz una lista de éxitos pasados… y de los que piensas conseguir en el futuro, y revísala con cierta asiduidad.
- Rodéate de personas que te ayuden a centrarte en lo que aprecias de ti. No se trata de buscar el aprecio de los demás, sino de rodearse de personas que son capaces de “ver” lo bueno y positivo de tu persona y de tu potencial… Esta clase de personas nos impulsan con su sola presencia a mejorar… y aunque parezca mentira, las hay. No vale decir “no las encuentro…”. Son tesoros que hay que aprender a buscar, identificar y mantener.
- Haz cosas buenas –pequeñas o grandes- por y para los demás. Un extendido espíritu mercantilista nos lleva a la falsa idea de que “dar” nos resta. En los temas humanos las cosas no funcionan así. Erich Fromm decía que dar produce más felicidad que recibir, no porque sea una privación, sino porque en el acto de dar está la expresión de mi vitalidad. Si “doy” es porque estoy vivo y “tengo” cosas que dar. Y así, si “doy” me siento pródigo, vivo y dichoso.
- Sé tú mismo… y no pidas perdón por ser quien eres. No se trata de que los demás tengan que aguantar tus malas maneras porque “¡…es que yo soy así!”. Proyecta en la vida lo mejor de ti mismo y enorgullécete de ello. Recuerda: ¡eres el rey de tu existencia!
Con gusto aceptaré cualquier sugerencia para ampliar o modificar esta breve lista.
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La investigación ha demostrado que implicar a los estudiantes en un proceso de aprendizaje aumenta su dedicación, los enfoca mejor a la tarea de aprender, los motiva a practicar habilidades de pensamiento crítico de alto nivel, y promueve experiencias de aprendizaje con significado. Aquellos cursos que adoptan procesos de aprendizaje centrados en el alumno, hacen que este se implique más, lo que contribuye a que consiga los objetivos de aprendizaje propuestos.
El e-learning da soluciones a problemas típicos del aprendizaje presencial como son la rigidez de fechas y horarios, los gastos relacionados a tiempos de desplazamiento y/o lugar de residencia del alumno, y cierta inaccesibilidad por diversos conceptos (precio, tiempo, etc). Pero desafortunadamente, las ventajas que presenta el e-learning frente a estos problemas típicos se ven cuestionadas por una tasa de finalización de los cursos online cada vez más exigua. Para cambiar la tendencia de este ratio es necesario mejorar el nivel de “engagement” del alumno, para que se sienta más motivado a terminar el curso.
Algunas medidas que parecen interesantes y necesarias son:
- Plantéate todo el tiempo: ¿qué le aporta “esto” al alumno?
- No lances el curso sin haberlo probado suficientemente. Asegúrate de que a lo largo del mismo el alumno recibe las preguntas adecuadas y de una manera lo más “personal” posible. Y sobre todo, que todo lo que el curso aporte al alumno esté actualizado, y le sea útil. Dar contenidos “porque si” no tiene sentido.
- Enseña a los alumnos a utilizar el entorno de e-learning antes de que lo usen. Puede hacerse de muchas maneras pero no se puede obviar: hay que impedir que la tecnología se convierta en un obstáculo en lugar de una ventaja en el proceso de aprender.
- Clarifica al alumno desde el principio lo que puede esperar del curso. Debe ser interesante y atractivo… pero realista. En ningún punto el alumno debe sentirse defraudado.
- Es esencial que haya un coordinador que sea el punto de contacto para los alumnos. Los alumnos deben tener siempre a mano a un interlocutor que les ayude a encontrar soluciones a cualesquiera problemas que se les presenten.
- Utiliza los diversos métodos de comunicación posible en e-learning: boletines, correos electrónicos, blogs, foros, etc.
- Prioriza y estructura los contenidos adecuadamente. Prioriza, y céntrate en lo esencial. El tiempo para hacer un curso no es ilimitado. Por otra parte, los módulos si han de ser efectivos han de estar divididos en sub-temas con contenidos significativos pero lo bastante cortos como para mantener la atención del aprendiz. El e-learning es mejor cuando es directo, enfocado al objetivo y breve.
- Crea un curso visualmente atractivo, y presenta los contenidos de manera creativa. Los entornos e-learning deberían ser intrínsecamente atrayentes y vibrantes para tu auditorio. En vez de palabras utiliza a veces -de manera equilibrada-, infografías, gráficos, imágenes poderosas, ilustraciones interactivas, y vídeos. Con ello multiplicas por mucho las posibilidades de que los alumnos no se descuelguen del curso. Estos quieren y esperan de un curso online algo más que un libro de texto. Hay que ser imaginativo presentando los contenidos.
- Refuerza el acto de aprender. Lo que refuerza un acto es el resultado de este acto. El alumno tiene que percibir que como resultado de su esfuerzo, aprende. Esta percepción puede aumentarse con pruebas y exámenes recurrentes, y el continuo feedback del tutor/profesor. Una opción es crear e incentivar dinámicas de grupo virtuales, a las que haya que asistir convenientemente preparado. Cuando el alumno advierte que aprende, se siente impelido a aprender más… y más aun, si puede emplearlo eficazmente en un entorno de sano debate.
- Haz que el alumno pueda compatibilizar el curso con otras actividades -si es necesario. Estructura la duración en el tiempo de cada apartado, de forma tal que el estudiante pueda trabajar, dedicar tiempo a la familia y llevar a cabo en la medida de lo posible su vida habitual. Muchos cursos no deberían exigir del estudiante una dedicación mayor de ocho horas semanales. Sin embargo, las fechas de entrega de los trabajos y/o evaluaciones deben ser realistas, pero ejercer cierta presión aunque nunca exagerada.
¿Te parece que tal vez habría que destacar algún punto adicional?
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Los Sims es un videojuego de simulación social y estrategia publicado en el año 2.000. Desde entonces se han vendido más de 100 millones de copias, convirtiéndose así en el videojuego de PC más vendido de la historia. ¿Qué es lo que realmente atrae de este juego?
Fuente: Los SimsMucho es lo que se ha dicho y escrito al respecto. Pero llevando el tema a lo esencial, sin duda que se trata de un juego, que satisface necesidades humanas básicas. Presentamos a continuación, lo que parece que son 16 mecánicas de que está dotado este u otro/s juego/s, que es factible incorporar en un curso de e-learning para aumentar la motivación del alumno:
- Favorece la habilidad del alumno para asumir riesgos y ser creativo.
- Haz posible que el alumno pueda hacer elecciones significativas que tengan consecuencias.
- Permite al alumno que personalice el entorno de aprendizaje, ejerciendo sus preferencias.
- Facilita al alumno la oportunidad de conseguir sus objetivos de diversas maneras (vs a través de un único camino).
- Reconoce los logros del alumno así sea con cosas tan simples como insignias o puntos.
- Presenta de manera clara y estructurada las reglas y objetivos del proceso de aprendizaje.
- Permite al alumno que recorra nuevamente partes del proceso de aprendizaje.
- Ofrece diversas oportunidades de aprender, pensar o actuar, para que el alumno perciba que es cada vez más competente.
- El aprendiz debe tener de manera constante y variada, la retroalimentación y el apoyo que necesita para aprender y progresar.
- Estimula la toma de decisiones, requiriendo respuestas del alumno para que el proceso de aprendizaje avance.
- Relaciona el progreso y las recompensas, con la competencia del alumno.
- Mide los logros del alumno de múltiples y variadas maneras.
- Aumenta la dificultad de lo que el alumno está en proceso de aprender, a medida que se va haciendo más y más competente.
- Crea lugares o espacios accesibles a los alumnos como por ejemplo un foro, en los que puedan libremente actuar y debatir.
- Suministra amplias posibilidades de colaboración entre los alumnos, con trabajos en grupo, desafíos colectivos, etc.
- Genera satisfacción en el aprendiz, haciéndoles sentir inmerso en el proceso pero cómodo al mismo tiempo, y consciente de que está avanzando en el logro de sus propios objetivos.
Si estás preparando un curso de e-learning, estos puntos pueden ser utilizados a modo de check-list.¿Se te ocurre algún punto adicional importante a tener en cuenta?
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