Trabajar en otro país: ¿Qué puede aportarme?
Hoy se habla mucho, si bien a veces con cierta frivolidad, de salir a trabajar al extranjero como solución al problema del desempleo. Tal vez yo estoy sesgado porque he vivido trece años en América, y considero esta etapa como un hito esencial en mi vida personal y profesional. Así pues cuando se me pregunta: “¿te irías tú a trabajar al extranjero hoy?” Contesto con un categórico “si”.
SI hago un recuento retrospectivo de las ventajas y desventajas que puede reportarte emigrar a otro país, me sale el cuadro anexo.
Este cuadro se expresa por sí mismo, y pienso que no requiere pues de mayores explicaciones. Y creo que lo más importante que pone de manifiesto en su conjunto, es que a menos que alguien tenga una importante dependencia de las personas y cosas que le rodean, ir a trabajar al extranjero es una buena inversión: los posibles beneficios son muchos, y los riesgos de pérdida escasos.
A la vista de estos argumentos –que son los que habitualmente doy cuando se me pregunta-, la siguiente cosa que se me cuestiona es: “¿Ir a trabajar a otro país es para todas las edades?” Si bien no tengo experiencia de lo que significa emigrar en la madurez (yo emigré con 27 años de edad y regresé a España en torno a los 40), hoy no tendría ningún reparo en emigrar de nuevo. Eso sí: lo planificaría un poco más… que es lo que aprendemos a hacer con los años, porque nos volvemos conservadores… y porque la experiencia nos demuestra que cuando planificas, las cosas salen mejor.
Para resumir diría que ir al extranjero es para todo el mundo, con excepción quizás de los amantes de la rutina, y apegados a las personas y cosas que les rodean en su vida cotidiana… Pero para quien busque un cambio y esté dispuesto a pagar el precio del desarraigo, ir a trabajar al extranjero puede resultar la experiencia más fascinante de su vida. Pues con cierta planificación, casi todo es posible para casi todo el mundo a casi cualquier edad.
¿Tienes alguna opinión o experiencia que compartir, que pueda ayudar a otros a tomar la difícil decisión de si ir a trabajar a otro país… o no? Apreciaremos tu comentario.
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Buenas tardes Antonio,
la verdad no puedo estar más de acuerdo con tu planteamiento: llevo 3 meses trabajando en Santiago de Chile. Ya vine con un trabajo durante los 3 primeros meses muy parecido al de España, y justo desde hace unas semanas he sido contratado por una multinacional, con contrato indefinido y con una posición y condiciones yo diría que imposibles de comparar en España dada la situación actual del país y mi corto recorrido en el mercado laboral (tengo 25 años).
Te felicito por el artículo. Estamos en contacto.
Saludos,
Carlos de Les
Enhorabuena Carlos! Ejemplos como el tuyo demuestran que con un poco de arrojo luego te vienen cosas buenas…
…Y muchas gracias por tu amable comentario sobre el artículo…
Te deseo lo mejor!