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3 tipos de empleados que nadie quiere

En el difícil y estrecho mercado de trabajo actual, hay que cuidar mucho las ‘etiquetas’ que los humanos nos ponemos unos a  otros -con el objeto de evitar el trabajo de pensar demasiado a fondo en “cómo es” tal o cual persona-.

Poner a una persona la etiqueta equivocada puede traernos sorpresas. Pero si te ponen ‘a ti’ ciertas etiquetas –equivocadas o no-, la sorpresa, muy probablemente, será desagradable.

Para un jefe, hay tres tipos de personas que son una verdadera pesadilla… así que a la primera de cambio intentará desprenderse ellas… Estos empleados, es mejor que vayan pensando que su empleo, les va a durar dos telediarios… a menos que logren que su jefe cambie ‘la etiqueta’ que cuelga de ell@s… Estos tres tipos son:

  1. El víctima

Este es un personaje para quien la causa de todos sus males nunca es él mismo: los culpables siempre son los demás. El clima, los políticos, su familia, su escasa salud, su mala suerte, sus colegas de trabajo, su jefe, los
clientes, etc. etc. son, según él, el motivo de todas sus desgracias. Los problemas por los cuales “el víctima” crónico es indeseable son: el no es culpable de nada –la culpa de todo siempre está allá afuera- (y por tanto nunca va a hacer nada para que las cosas cambien); y dos, su tendencia a quejarse constantemente, suele acabar rápidamente con la paciencia de quienes conviven con él…

  1. El escéptico  

Este emplead@ no cree en nada. Los jefes son unos incompetentes, el  modelo de negocio es obsoleto, sus colegas una pila de vagos, los clientes unos mentecatos… Para él, lo sorprendente es que el mundo siga girando, habida cuenta de que no hay nada aprovechable bajo el sol. Este tipo de persona es altamente tóxica, porque el escepticismo es fácil de propagar, especialmente cuando las cosas alrededor no pintan demasiado bien. Para construir, un jefe necesita de todas las fortalezas de su gente… que el escéptico transforma progresivamente en flaquezas…

  1. El sabelotodo

Puesto que es imposible saberlo todo, el sabelotodo acaba diciendo muchas tonterías… que nunca admite que los son. Por otra parte, el sabelotodo tampoco va a admitir que alguien sabe más que él, y por tanto nunca escucha. El sabelotodo es pues un personaje intratable con el que es imposible dialogar de manera constructiva, y siempre está discutiendo las conclusiones de los demás… incluidas las de su jefe. Huelga mencionar, el ‘cariño’ que le profesa un jefe a un sabelotodo…



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