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Las 5 claves para superar una crisis laboral

Una crisis laboral (despido, hastío, presión, transición…) puede ser devastadora o enriquecedora, amenazante u oportuna, negativa o positiva… pero el signo de una crisis -y el que se convierta en crónica o transitoria- depende solamente de la madurez con que se afronte, de la propia madurez. Sin embargo, no hay que menospreciar el poder desalentador de un cambio radical de circunstancias laborales.

Una crisis profesional será más superable cuanto más se corresponda nuestro estado de ánimo habitual al de una persona madura. Gerald Kushel, -quién estudió la psicología de los profesionales de éxito poco común-, caracteriza este estado del alma por tres rasgos esenciales:

                          – Paz interior.
                          – Sentido de propósito.
                          – Espíritu de aventura.

Estos rasgos no pueden vivirse el uno sin el otro. Sin verdadera paz interior difícilmente se puede crear y mantener una visión clara de nuestros objetivos. Y sin esta clara visión los cambios en la vida profesional pierden significado y congruencia con nuestra misión, y dejan de producirnos la admiración, sorpresa o asombro ante la novedad que experimentan las personas maduras. El resultado final de la carencia de estos tres rasgos es la dispersión del “yo”, y la dificultad para percibir la magnificencia de la vida y su esplendor -que es la base del optimismo, la valentía y la audacia ante las peores circunstancias.

Los estudios de Kushel coinciden plenamente con la extraordinaria investigación de Csikszentmihalyi, en la necesidad de tener paz (o una “conciencia ordenada” en palabras de este último autor) para acometer con éxito (y/o disfrute y satisfacción) una tarea, una profesión, o la vida. Csikszentmihalyi da pautas muy específicas sobre cómo lograr una “conciencia ordenada”.

Lo contrario de la conciencia ordenada es el desorden interior que sobreviene a la persona cuando recibe una información (por ejemplo un cambio radical de circunstancias laborales) que desorganiza su conciencia y amenaza sus metas, lo que menoscaba su efectividad como individuo. Para sobreponerse a las angustias y ansiedades que esta clase de informaciones generan, Csikszentmihalyi propone:

 

1. Tratar de disminuir nuestra dependencia psicológica de las recompensas y castigos que nos envía el entorno social. Este suele utilizar nuestras energías para sus propios propósitos.

2. Dejar de depender del instinto. Si se depende del instinto o de la sociedad, no se es libre para liberar la propia energía psíquica de forma productiva.

3. Cambiar de actitud sobre lo que es importante y lo que no lo es, tendiendo a un enfoque más propio, genuino y coherente con lo que somos, y menos vanidoso y superficial.

4. Desarrollar objetivos propios. Aprender a darse recompensas. Encontrar dirección y propósito en lo que se hace.

5. Ejercer mayor control sobre cuerpo y mente.

 

¿Crees que trabajar estas 5 claves puede ser una buena ayuda ante una crisis profesional?

 

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  1. johajan pauljohajan paul04-23-2014

    Para mi toda informacion profesional en lo laboral es importante me ayuda a
    Encontrar esa paz interior de la dependencia de cambiar
    De tener mis objetivoa propios y control sobre los cambios

    • AntonioAntonio05-13-2014

      ¡Lo celebro mucho!

  2. Constantino HernándezConstantino Hernández10-09-2014

    es importante en esta etapa de nuestras vidas tener muy claro los objetivos trazados y si hay alguno que tengamos pendiente clarificar los más importantes y continuar buscando las formas para cumplir con estregáis bien definidas.
    Esas que hemos aprendido a través de los muchos años vividos manteniendo cuerpo sano , mente sana y un equilibrio mental realizando deporté , actividad que nos proporciona los 5 paso mencionados en este texto.
    Y sobre todo siempre ,siempre una actitud positiva de la vida transformando los problemas en oportunidades de desarrollo.

    • AntonioAntonio10-14-2014

      Efectivamente Constantino… Sin nunca, nunca, nunca, darse por vencido… como dice Ross Perot…
      ¡Muchas gracias por tu aportación!

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