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“Engagea” con éxito a los alumnos de tu curso de e-learning. 10 formas de hacerlo.

La investigación ha demostrado que implicar a los estudiantes en un proceso de aprendizaje aumenta su dedicación, los enfoca mejor a la tarea de aprender, los motiva a practicar habilidades de pensamiento crítico de alto nivel, y promueve experiencias de aprendizaje con significado. Aquellos cursos que adoptan procesos de aprendizaje centrados en el alumno, hacen que este se implique más, lo que contribuye a que consiga los objetivos de aprendizaje propuestos.

El e-learning da soluciones a problemas típicos del aprendizaje presencial como son la rigidez de fechas y horarios, los gastos relacionados a tiempos de desplazamiento y/o lugar de residencia del alumno, y cierta inaccesibilidad por diversos conceptos (precio, tiempo, etc). Pero desafortunadamente, las ventajas que presenta el e-learning frente a estos problemas típicos se ven cuestionadas por una tasa de finalización de los cursos online cada vez más exigua. Para cambiar la tendencia de este ratio es necesario mejorar el nivel de “engagement” del alumno, para que se sienta más motivado a terminar el curso.

Algunas medidas que parecen interesantes y necesarias son:

  1. Plantéate todo el tiempo: ¿qué le aporta “esto” al alumno?
  2. No lances el curso sin haberlo probado suficientemente. Asegúrate de que a lo largo del mismo el alumno recibe las preguntas adecuadas y de una manera lo más “personal” posible.  Y sobre todo, que todo lo que el curso aporte al alumno esté actualizado, y le sea útil. Dar contenidos “porque si” no tiene sentido.
  3. Enseña a los alumnos a utilizar el entorno de e-learning antes de que lo usen. Puede hacerse de muchas maneras pero no se puede obviar: hay que impedir que la tecnología se convierta en un obstáculo en lugar de una ventaja en el proceso de aprender.
  4. Clarifica al alumno desde el principio lo que  puede esperar del curso. Debe ser interesante y atractivo… pero realista. En ningún punto el alumno debe sentirse defraudado.
  5. Es esencial que haya un coordinador que sea el punto de contacto para los alumnos. Los alumnos deben tener siempre a mano a un interlocutor que les ayude a encontrar soluciones a cualesquiera problemas que se les presenten.
  6. Utiliza los diversos métodos de comunicación posible en e-learning: boletines, correos electrónicos, blogs, foros, etc.
  7. Prioriza y estructura los contenidos adecuadamente. Prioriza, y céntrate en lo esencial. El tiempo para hacer un curso no es ilimitado. Por otra parte, los módulos si han de ser efectivos han de estar divididos en sub-temas con contenidos significativos pero lo bastante cortos como para mantener la atención del aprendiz. El e-learning es mejor cuando es directo, enfocado al objetivo y breve.
  8. Crea un curso visualmente atractivo, y presenta los contenidos de manera creativa. Los entornos e-learning deberían ser intrínsecamente atrayentes y vibrantes para tu auditorio. En vez de palabras utiliza a veces -de manera equilibrada-, infografías, gráficos, imágenes poderosas, ilustraciones interactivas, y vídeos. Con ello multiplicas por mucho las posibilidades de que los alumnos no se descuelguen del curso. Estos quieren y esperan de un curso online algo más que un libro de texto. Hay que ser imaginativo presentando los contenidos.
  9. Refuerza el acto de aprender. Lo que refuerza un acto es el resultado de este acto. El alumno tiene que percibir que como resultado de su esfuerzo, aprende. Esta percepción puede aumentarse con pruebas y exámenes recurrentes, y el continuo feedback del tutor/profesor. Una opción es crear e incentivar dinámicas de grupo virtuales, a las que haya que asistir convenientemente preparado. Cuando el alumno advierte que aprende, se siente impelido a aprender más… y más aun, si puede emplearlo eficazmente en un entorno de sano debate.
  10. Haz que el alumno pueda compatibilizar el curso con otras actividades -si es necesario. Estructura la duración en el tiempo de cada apartado, de forma tal que el estudiante pueda trabajar, dedicar tiempo a la familia y llevar a cabo en la medida de lo posible su vida habitual. Muchos cursos no deberían exigir del estudiante una dedicación mayor de ocho horas semanales. Sin embargo, las fechas de entrega de los trabajos y/o evaluaciones deben ser realistas, pero ejercer cierta presión aunque  nunca exagerada.
¿Te parece que tal vez habría que destacar algún punto adicional?

 

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