Homenaje a Stephen Covey (1932-2012)
Stephen Covey no necesita presentación. De su libro Los siete hábitos de la gente altamente efectiva publicado en 1989, se han vendido 15 millones de ejemplares en más de 30 idiomas. Después, publica otros siete libros todos ellos best sellers. Pero su obra magistral es el primero.
Con su muerte en Idaho el pasado 16 de julio de 2012 -a causa de complicaciones tras sufrir un accidente de bicicleta el mes de abril-, Stephen Covey deja un enorme vacío en el mundo del management. Nominado por la prestigiosa revista TIME como uno de los 25 americanos más influyentes de los últimos tiempos, Covey ha dedicado su vida a difundir un mensaje de optimismo a la humanidad, demostrando cómo todo el mundo puede realmente controlar su propio destino.
Ha sido, además de una autoridad internacionalmente respetada en liderazgo, un experto en temas de familia, profesor, consultor organizacional y autor. Con sencillez y rigor, y haciendo una síntesis a mi modo de ver muy difícil de superar, Covey identifica las conductas habituales de la persona muy efectiva, basadas en la inteligencia emocional. Con su peculiar y convincente estilo, muestra a quien quiera escucharle que sus postulados están basados en principios universales, es decir, en las leyes que rigen el universo.
Con su reciente fallecimiento todos hemos perdido a un amigo muy querido. Porque era uno de estos grandes y excepcionales seres humanos que fue constructivo, positivo, y que fijó su atención en las fortalezas del individuo y en su capacidad para conseguir sus objetivos. Además de esta “efectividad” en el hacer que destila toda su obra, su mensaje transmite equilibrio, bienestar, buen entendimiento, armonía, y serena felicidad. Su impacto es incalculable, y su influencia continuará inspirando a futuras generaciones. Descanse en paz.
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