Blog

7 prácticas efectivas para vencer el pesimismo

Seguramente fue un pesimista quien dijo aquello de que “un pesimista es un optimista bien informado”… Porque es verdad que como más información recabas sobre cualquier cosa, más motivos encuentras para verlo todo negro… Pero también es verdad que puedes encontrar motivos –y muchos- por los cuales es todavía posible,  que todo te salga a pedir de boca…

Cada día suceden en el mundo y en nuestras propias vidas, cosas positivas, historias que acaban bien y logros fenomenales. Lo que pasará en el futuro nadie lo sabe. Pero cuando menos hay que admitir, que tantas posibilidades tiene de acertar el pesimista como el optimista.

Por otra parte, son de sobras conocidos los beneficios personales y profesionales que nos reporta el optimismo. Pero para acceder a él, primero hay que vencer ese lúgubre pesimismo que a veces se instala en nosotros, con la aparente intención de no marcharse. ¿Cómo hacer para salir de este pesimismo enfermizo?

  1. Compórtate como si vieras las cosas con optimismo… aunque este no sea el caso. Tu visión de la situación no va a cambiar en un segundo, porque los humanos necesitamos un tiempo para acceder gradualmente a un mejor estado de ánimo. Pero actuar “como si” es el primer paso. Puedes ayudarte recordando, mencionando o escribiendo en un papel, todo aquello por lo que puedes estar agradecido, ya sea en el ámbito de la alimentación, la vivienda, los amigos, la familia, los hobbies, los estudios y/o el trabajo… En seguida  verás que las cosas no te van tan mal como crees, y constatarás que ¡aún estás vivo!
  2. Modifica tus creencias. Seligman escribió que la característica que define a los pesimistas es que tienden a creer que los malos acontecimientos durarán mucho tiempo, que van a echar a perder todo lo que hagan, y que suceden por su culpa. Los optimistas, que enfrentan los mismos reveses en este mundo, piensan de la desgracia en forma opuesta. Tienden a creer que la derrota es sólo un revés temporal o un desafío, y que sus efectos se limitan solamente a ese caso. 
  3. Confecciona una lista de logros y satisfacciones… que has experimentado en tu pasado reciente, con expresa mención de los nombres de las personas a quienes se lo podrías agradecer. Hay quien afirma que agradecer las cosas buenas que acaecen en nuestra vida, aumenta nuestra felicidad en un 30 por ciento. Y por cierto: conserva esta lista en un lugar visible, para recurrir a ella si tu pesimismo persiste. Te puede ser de gran ayuda en momentos de flaqueza.
  4. Simplemente, expresa tu gratitud. Agradece por lo que recibes de tu pareja, de tus hijos, de tus compañeros de oficina, de un amigo… de forma explícita. No agradecer, es en cierto modo pretender que nos arreglamos solos… y la naturaleza humana no es así. Dependemos de los demás, necesitamos el apoyo de los demás. Estamos más a gusto con este apoyo; si manifiestas tu gratitud por recibirlo, tu propio estado de ánimo mejorará. Te sentirás más arropado; con más recursos para afrontar lo que venga.
  5. Trata de adquirir el hábito de agradecer. Un hábito es algo que haces de manera natural, porque previamente lo has hecho un determinado número de veces. Los beneficios de agradecer por las cosas buenas que recibes son claros; pero si conviertes en un hábito el hacerlo, puede ser que te sorprendas por las beneficiosas consecuencias que ello tiene en tus relaciones con los demás, en tu nivel de estrés, o incluso en tu salud… Y todo ello, redundando en un renovado sentido de fortaleza y optimismo personal… Agradecer, es especialmente balsámico en tiempos difíciles; pero entonces cuesta más, si antes no has adquirido el hábito de hacerlo…
  6. Es lamentable que a menudo no vemos lo bueno que hay en nuestras vidas, hasta que de manera fortuita tropezamos con las desgracias de los demás… La manera más sencilla de sentirse increíblemente abrumado por lo bien que nos van las cosas es ayudar a quienes te necesitan, simplemente porque no son tan afortunados como tú….
  7. Ya se ve pues, que el pesimismo no es algo que se sufre… sino que se propicia. Del mismo modo puedo entonces propiciar el optimismo. Pero para propiciarlo en uno mismo, hay que empezar por creer que puedo mejorar la situación. Y esa creencia puedes fundamentarla en muchos hechos. Yo solo te mencionaré uno: ¿no crees que si los hombres no fuéramos capaces de mejorar nuestra situación, todavía viviríamos colgados de los árboles?

 

Image credit: enki / 123RF Foto de archivo

Compartir entrada en:

Escribe un comentario