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Cómo efectuar giros en la propia profesión o hacia una nueva

Desde el empleo o desempleo, muchas personas están insatisfechas con su trabajo –o falta de-… Se estima que más de un cuarenta por ciento de la población activa, experimenta esta clase de insatisfacción de manera casi crónica… aunque en España este porcentaje puede que sea considerablemente mayor… Al parecer, pocas son las personas que aciertan a hacer algo que resuelva este lamentable estado de cosas. Analicemos el tema.

El “insatisfecho” tiene tres opciones:

1. Sopesar si cambiar de rumbo profesional o no.
2. Conseguir un buen empleo, similar al que tiene…o tenía.
3. Establecerse por su cuenta.

En cualquiera de los tres casos deberá romper con una parte de su pasado, para labrarse una nueva situación laboral. Además tendrá que hacer cosas que no ha hecho hasta hoy: es el único camino para avanzar progresivamente hacia el trabajo que de verdad satisface a cada uno.

Hacer cosas nuevas no solamente es una exigencia externa; también evolucionamos y nuestras prioridades cambian. Quizás de más jóvenes nos hace más falta el dinero, y luego buscamos tareas con más significado. Entonces el reto que se nos plantea es cómo “convertir valor en precio”…

Para avanzar hacia la realidad profesional que me gustaría para mí, suele ser más efectivo no hacer cambios demasiado drásticos o por impulso; es preferible moverse gradualmente. El ideal, es poder concederse la oportunidad de ir madurando un giro profesional, y dirigir progresivamente nuestros pasos hacia un nuevo rumbo de manera deliberada. Y este ejercicio aparentemente un tanto acrobático, puede iniciarse en cualquier momento y las veces que haga falta.

Para ello basta darse cuenta de que cualquier trabajo u ocupación consta de dos elementos básicos: un puesto o cargo que define lo que la persona hace –para lo que necesita unas aptitudes concretas- y un sector o segmento de actividad que influye en los contenidos de las tareas propias del puesto.

Veamos como operar con un ejemplo. Supongamos que soy el Director Financiero de una multinacional que fabrica cepillos de dientes, y al cabo de los años pienso que en realidad lo que me gustaría, es hacer de Formador en Habilidades Directivas. Si desde mi puesto de Director Financiero empiezo a ofrecer mis servicios como Formador en Habilidades Directivas puede ocurrir:

• Que nadie me de una oportunidad porque no puedo exhibir ninguna experiencia.
• Que tenga la suerte de que me den la oportunidad. Pero entonces puede pasar:

1. Que no me halle en mi nueva tarea, y me entren dudas de si me interesa o no.
2. Que lo haga muy mal y me cueste encontrar una nueva oportunidad.
3. Que en seguida me salga bien y me encuentre cómodo en mi nueva tarea.

Pasar pues de una situación profesional a otra muy diferente, ya se ve que es un paso difícil aunque no siempre impracticable. Más fácil sería en el caso que nos ocupa, avanzar del siguiente modo:

a) Buscarme un puesto de Director Financiero en una empresa de consultoría y formación en habilidades directivas, y una vez allí iniciarme como formador, o…

b) Iniciarme como formador en temas de finanzas en una escuela de negocios, y una vez allí incluir temas de Habilidades Directivas en mi actividad docente.

Este proceso es aplicable a la mayor parte de situaciones de cambio de carrera, y su modus operandi es el que se expone en la figura tal como se ha explicado. Su principal virtud es que facilita un cambio de carrera en sus dos vertientes más delicadas: 1. Como acceder a una profesión alejada de la nuestra actual y 2. Como desenvolverse con éxito en ella.

A pesar de la sencillez aparente de este proceso, hay que respetar los riesgos que un cambio de carrera comporta. El principal es quizás descubrir después de una buena inversión en tiempo y dinero, que… “¡oh! Esto no es lo que yo pensaba…” Este riesgo puede paliarse de muchas maneras. Una es acompañando un par de días en su hacer laboral, a una persona que está en nuestra situación profesional objetivo, para ver antes de embarcarse de que se trata su cometido. Aunque por supuesto que en todas las circunstancias laborales azarosas, la mejor forma de reducir riesgos es haberse generado antes un plan alternativo o plan “B”.

¿Puede serte útil esta propuesta, para la gestión de tu propia trayectoria profesional?



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  1. Joan TomasiniJoan Tomasini01-13-2013

    Buenas tardes,

    Es muy interesante el tema de la transición profesional y creo sensato lo que propone en el artículo, que en vez de intentar el salto directo, se busque una experiencia intermedia, que se tangente a la de origen y a la que se quiere llegar, aunque el ejemplo que propone demasiado fácil, pues la tarea de consultor lo permite más fácilmente que trabajar en una empresa “normal”.

    Por último, de ese 40% por ciento de personas insatisfechas con su trabajo actual, me gustaría saber cuantos tienen claro dónde quieren llegar y sobretodo, cuantos tienen información directa sobre este. H conocido mucha gente que mitifica otros trabajos des de la distancia, y cuando se ha creído afortunado porque le ha llegado la oportunidad que tanto buscaba, se sienten defraudados.

    En fin, interesante y complejo, como todo lo que tiene que ver con personas.
    Saludos!

    • AntonioAntonio01-13-2013

      Muchas gracias por tus comentarios Joan.

      Es cierto que el ejemplo que pongo es sencillo, y que a menudo las cosas son más complicadas… Comparto totalmente lo de que lo humano, es siempre “interesante y complejo”…!!

      Saludos cordiales.

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