Las 6 claves del liderazgo “sostenido”

Las 6 claves del liderazgo “sostenido”

Comprender lo que es necesario para inspirar con efectividad a un grupo de personas ayuda a conseguirlo. Trabajar el propio intelecto, las propias actitudes y las propias aptitudes es un segundo paso esencial. Pero ningún líder que verdaderamente lo quiera ser, puede dejar de evolucionar como líder.  Ser y mantenerse un buen líder motivador de un equipo de trabajo, no se consigue con un esfuerzo puntual. Hay que trabajarlo de manera sostenida con técnicas que “no fallen”. Tony Harvey (2006) ofrece un modelo para conseguirlo. Es su modelo del “Ciclo del Éxito”.

Este modelo integra elementos de liderazgo, gestión orientada a resultados, planificación y desarrollo personal. Y es aplicable a esfuerzos para alcanzar logros tanto individuales como colectivos.

Consiste en un ciclo de seis pasos a seguir secuencialmente, donde cada paso es clave para el conjunto. Hay pues que recorrer el ciclo completo. Quedarse a la mitad le quita toda su eficacia. Se orienta hacia lo que “quiero” alcanzar, en lugar de dirigir la mirada hacia las barreras y obstáculos que se encuentran en el camino.

Para los efectos vamos a definir “Éxito”, como “el logro de la visión y los objetivos que hemos establecido para nosotros o para la empresa”.

Los pasos del modelo son los siguientes:

1.      Crea y comparte tu visión del éxito. La visión es el futuro lejano al que aspiras. Todavía no sabemos cómo lo vamos a conseguir, pero es atractivo y merece el esfuerzo de ir tras él.  La visión ha de ser ser genuinamente compartida por todo el equipo de trabajo. Compartirla puede requerir valentía, convicción, un profundo deseo de cambio y una gran disposición a recorrer el camino con el equipo.

2.      Acuerda Objetivos y Metas. Los objetivos son los hitos a superar en el camino hacia nuestra visión. Son medibles, desafiantes, están temporalizados y requieren de  recursos específicos para alcanzarlos. En este momento todavía no sabemos cómo lo haremos.

3.      Desarrolla y comunica planes para alcanzar dichos objetivos. Los planes comportan concretar quién hará qué y cuándo. Asimismo comprenden los métodos que se utilizarán, y cuáles son los recursos necesarios. Los mejores planes son los que surgen como resultado de dedicar un período a pensar creativamente, generando y tomando en consideración muchas alternativas, antes de seleccionar la mejor opción.

4.      Actúa de acuerdo a la visión y a los planes. Ahora hay que llevar a cabo el plan, y gestionar prioridades y recursos para enfocar nuestras energías eficazmente hacia objetivos y planes. Es tratar en todo momento de hacer lo “correcto” y que “añade valor”. Puede consistir también en “no hacer” lo que distrae de nuestros objetivos o que no sigue el plan original. Es decir: hay que mantenerse enfocado a la visión sin dejar de ejercer nuestra capacidad de decidir.

Insistimos en que es crucial que cada miembro del equipo suscriba la visión, y comprenda los objetivos y los planes. De no ser así, el equipo no será capaz de identificar y seleccionar la mejor actuación en cada momento.

5.      Monitoriza el progreso de la acción con respecto a los planes. Requiere recoger y procesar datos sobre las acciones y los logros. Para ello hay que establecer sistemas y procesos, y una manera disciplinada de usarlos. El reto es recoger solamente los datos estrictamente necesarios para seguir el progreso… y el riesgo es dedicar demasiado tiempo y energía a informaciones irrelevantes.

6.      Revisa los logros, y mide y celebra el éxito. “¿Hemos tenido éxito? ¿Hemos logrado lo que queríamos lograr? Los métodos y procesos utilizados, ¿han sido los adecuados?” Es también el momento de aprovechar cualquier logro para, con espíritu festivo, aumentar la motivación y la autoconfianza del grupo.

El éxito de un equipo, empieza por crear el futuro deseado en la imaginación de quienes han de lograrlo. Y luego, es preciso que aquellos que han de conseguirlo se sientan responsables del logro de sus objetivos individuales y grupales. 

¿Crees que trabajando estos seis puntos puede accederse verdaderamente al liderazgo “sostenido”?

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